Suena el teléfono. Son las 9 de
la mañana de un sábado 7 de Enero y llueve en la calle.
Tengo frío, sueño y no puedo abrir ni los
ojos, pero revolviéndome entre las sabanas llego a cogerlo antes de que cuelguen.
Una fuerte voz me chilla desde el otro lado del teléfono:
- No me lo puedo creer ¿sigues en la cama? ¡te quieres levantar ya! Vamos a llegar tarde.
Estoy confusa, miles de palabras,
sílabas y letras se entrecruzan en mi cabeza recién despertada sin entender
nada. Vuelve esa alta voz a retumbar en mi sesera:
- ¡Holaaa!, no me lo puedo creer, sigues en la cama, seguro que se te ha olvidado y todo. Nos tienes que llevar al aeropuerto a tu padre y a mí. ¿hija me estas escuchando? Así que venga rapidito ven a buscarnos que perdemos el avión.
- ¿Mamá que avión? El avión es un medio de transporte que va por el aire, con alas, que se mueve a consecuencia de la acción de uno o varios motores. Y vosotros vais en un medio de transporte que circula sobre raíles, formado por vagones, es decir, un tren.
- Pues eso, lo que yo te decía, que estas dormida y no te enteras. Así que vamos, ¡vístete y ven ya! Que estoy muy nerviosa.
Al colgar el teléfono me levante
y tan rápido como el viento lleva una pequeña mota de polen por el aire. Fui a
recoger a mis padres para que iniciaran el aniversario de sus 25 años de boda en
un paraje idílico y de lo más romántico.